Conoce el origen de las cajas negras de la aviación
Oficialmente se suele decir que la primera patente
sobre cajas negras para aviación corresponde al estadounidense James J.
Ryan, profesor de ingeniería en la Universidad de Minnesota e ingeniero en
la compañía General Mills. En agosto de 1953, Ryan registra la
patente que no será aprobada hasta 1960. Una segunda patente será aprobada en
1963.
Esta primera caja negra registraba velocidad, fuerza g y altitud entre
otras métricas que quedaban grabadas en una tira de papel de aluminio.
Como curiosidad, esta caja negra no era ni negra ni naranja sino amarilla, y en
vez de una caja cuadrada o rectangular venía en una carcasa metálica
esférica.
Pero ingleses y australianos tienen otra historia
que contar. En 1954, el australiano DavidWarren tuvo la idea de crear su propia
caja negra, un dispositivo de color naranja que tenía como propósito recopilar
datos de vuelo, como la versión americana, pero también grabar
voces y sonidos previos al accidente, tal y como
ocurre con las cajas negras actuales.
Esta caja negra se diseña en los
Laboratorios de Investigación Aeronáutica (o Aeronautical Research
Laboratories en inglés) del gobierno australiano donde trabajaba David
Warren como químico especializado en combustibles de aviación.
Warren y otros recibieron
la petición de buscar una solución ante los sucesivos accidentes aéreos que se
dieron entre 1952 y 1954 en los aviones Comet de la empresa
británica De Havilland. Siete accidentes y un total de 110
fallecidos que hicieron que británicos y australianos buscasen una manera de
evitar este tipo de desastres aéreos.
Como decía, David Warren tuvo la idea en 1954 pero
no pudo ponerla en práctica hasta 1957 cuando sus superiores y
las autoridades australianas deciden finalmente financiar su idea. En parte,
ese desinterés se debía a que Australia no era un país puntero en aeronáutica
como lo eran Reino Unido o Estados Unidos. Con todo, su primer prototipo grababa
cuatro horas de audio y ocho instrumentales con lecturas cada segundo.
El aparato no requería apenas mantenimiento y estaba protegido por una carcasa
de acero.