Efraín Rojas Mata: Cementerio aéreo, el destino final de los aviones
Cuando los aviones cumplen su vida útil de servicio, pasan a una nueva etapa.
El destino de un avión no es el cielo. Al finalizar sus días de servicio terminan en medio de un desierto. Son las paradojas de la vida. Luego de recorrer miles de kilómetros, las aeronaves obsoletas son llevadas a grandes campos donde el paso del tiempo terminará por borrar su presencia terrenal.
Tucson tiene el cementerio de aviones más grande del mundo |
El lugar fue creado en 1946 para guardar los aviones luego de la Segunda Guerra Mundial. Con el paso de las décadas fue ampliándose y el gobierno ordenó adoptar nuevas funciones. Aproximadamente 4400 aparatos están distribuidos en unos 10,5 kilómetros cuadrados, donde un grupo de profesionales se encarga de cuidar de la inclemencia de la naturaleza a aquellos aviones que todavía pueden aportar piezas de repuesto o entrar en acción ante cualquier emergencia.
Los operarios de Davis Monthan tienen la tarea de lavar y pintar los fuselajes con una sustancia especial a fin de evitar la corrosión. También se deben encargar de retirar piezas potencialmente peligrosas como los asientos proyectables, cuyas cargas podrían explotar por el inclemente sol. Igualmente deben vaciar y bañar los tanques de combustible con un aceite especial para evitar gases inflamables.
En Rusia hay otro cementerio de aviones de la era Soviética |
Todas estas precauciones son tomadas para preservar lo mejor posible las aeronaves y destinarlas a piezas de recambio. Efraín Rojas Mata destaca que en Davis- Monthan tienen un inventario de 400 mil piezas de avión, las cuales son clasificadas y registradas para luego ser distribuidas a cualquier parte del mundo donde se necesiten.
En Rusia también existe un cementerio de aviones de la era Soviética, sin embargo no existe un servicio que se encargue de clasificar los repuestos. Sin duda un gran museo al aire libre que invita a recorrer la historia a través de las alas sobre tierra.
Por Efraín Rojas Mata